– Según Ecologistas en Acción

MADRID, 20 (SERVIMEDIA)

La contaminación atmosférica afectó el año pasado a casi 47,5 millones de habitantes en España, lo que supone toda la población del país y un nuevo récord histórico, gracias al efecto del cambio climático y el aumento del tráfico de vehículos.

Así se recoge en el informe ‘La calidad del aire en el Estado español durante 2022’, elaborado por Ecologistas en Acción y presentado este lunes en una rueda de prensa en Madrid por Miguel Ángel Ceballos, coordinador del trabajo, y Nuria Blázquez y Paco Segura, responsable internacional y miembro del Área de Calidad del Aire de la organización, respectivamente.

El trabajo se basa en datos oficiales de 777 estaciones de medición del control de la contaminación atmosférica repartidas por 132 zonas y aglomeraciones de toda España, entre ellas las de los principales aeropuertos y algunos puertos. El Gobierno de Murcia y la Autoridad Portuaria de Las Palmas son las únicas de las 55 administraciones consultadas que no aportaron información.

Según el informe, la calidad del aire empeoró en 2022 en España respecto de 2020 y 2021 tras finalizar las restricciones de la movilidad por la crisis de la covid-19, el intenso calor y la escasez de lluvias, que dispararon los episodios de partículas y el ozono, pese a la contracción económica derivada de la pandemia y la guerra en Ucrania.

De hecho, hubo un aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y más matizado de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3), aunque sin alcanzar estos dos últimos contaminantes las concentraciones habituales en años anteriores a la pandemia.

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DOS REFERENCIAS

El informe toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizados en 2021, y el objetivo a largo plazo de la UE para proteger la vegetación.

De acuerdo con esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2022 a casi 47,5 millones de habitantes (el 100% de la población) y a cerca de 463.000 kilómetros cuadrados (el 91,7% del territorio).

Si se tienen en cuenta los límites legales recogidos en la legislación europea y española -más laxos que los de la OMS-, alrededor de 7,6 millones de personas (un 16% de la población) respiraron el año pasado aire contaminado, lo que representa 2,2 millones más respecto a 2021. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanzó 95.000 kilómetros cuadrados (18,9%), lo que supone la cifra más baja de la última década.

Cuatro de cada cinco españoles respiraron en 2022 un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la UE para 2030, en el proceso de revisión en curso de la normativa de calidad del aire.

TRÁFICO MOTORIZADO

Por otro lado, el año 2022 el más cálido y el sexto más seco en España desde al menos 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La estabilidad atmosférica activó episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de junio, julio y agosto. «El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire», apunta Ecologistas en Acción.

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No obstante, el factor esencial para explicar el repunte de la contaminación atmosférica el año pasado es la recuperación de la movilidad motorizada y de la actividad económica previas a la pandemia de la covid-19. Aunque las fuentes renovables redujeron su aportación a la demanda de energía eléctrica, por la intensa sequía, en 2022 permanecieron cerradas la mayor parte de las centrales térmicas de carbón, las más contaminantes.

La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado, según el informe.

Las partículas y el dióxido de nitrógeno en el aire siguieron afectando a la práctica totalidad de la población española. Las partículas PM10 presentaron en Canarias la peor situación de la última década. Pese al desplome general del NO2 en un 20% respecto al nivel medio entre 2012 y 2019, Barcelona volvió a superar el límite legal anual y Madrid lo igualó.

El ozono troposférico siguió siendo el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, y el más estrechamente ligado al cambio climático. Durante 2022, sus niveles repuntaron respecto a los dos años de la pandemia por las tres intensas y prolongadas olas de calor del verano, aunque sin alcanzar las concentraciones habituales en los años anteriores.

SOLUCIONES

Para Ecologistas en Acción, la contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden porque cada año se registran hasta 25.000 muertes prematuras en el España por afecciones derivadas de la polución, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Para el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 de ellas fallecen en episodios de alta contaminación.

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Además, los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año (un 3,5% del PIB español), según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

Según Ecologistas en Acción, los planes de mejora de la calidad del aire son obligatorios según la legislación vigente, pero una decena de comunidades autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborar planes de lucha contra el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales.

Esta organización apuntó que mejorar la calidad del aire urbano pasa por disminuir el tráfico motorizado potenciando el transporte público limpio, la bicicleta y el tránsito peatonal. También consideró necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de carbón, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, acelerar el área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo y declarar una moratoria para las nuevas macrogranjas ganaderas.