MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
Un equipo de investigación de las universidades de Granada, Miguel Hernández de Elche, Zaragoza y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) anunciaron este lunes la relación existente entre dos proteínas durante el desarrollo de diferentes procesos tumorales.
El trabajo muestra por primera vez cómo interactúan estas proteínas y abre nuevas vías para conocer cómo se desarrolla, entre otros, el cáncer de pulmón, según un comunicado publicado por la Universidad de Granada.
Los expertos ya conocían las características de estas proteínas, llamadas PADI4 y PKP1, por separado. Describieron sus propiedades, los lugares donde se encuentran y sus interacciones con otras moléculas.
Según los responsables del estudio, ambas proteínas aparecen en procesos tumorales y se relacionan con otras macromoléculas con particularidades similares, «por lo que decidieron unirlas para analizar su afinidad».
La investigación abre nuevas vías para entender la importancia de este tipo de uniones en el desarrollo de enfermedades y avanzar «en la búsqueda de dianas terapéuticas y de diagnóstico mediante la descripción de sus interacciones en los tumores», apuntaron los investigadores.
«Es decir, es como si desplegamos las redes sociales de las proteínas en la célula para conocer todo sobre ellas», indicó a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Granada, Esther Fárez Vidal.
Por su parte, el investigador de la Universidad Miguel Hernández José Luis Neira indicó que «estos hallazgos permiten profundizar en el conocimiento del desarrollo de tumores en los que se encuentran involucradas estas dos proteínas».
Los expertos continúan sus investigaciones en este terreno con el objetivo de encontrar tratamientos que impidan el desarrollo del cáncer.
«Si se confirma que la unión de ambas proteínas favorece el desarrollo de tumores, como parecen sugerir los resultados de este estudio, se podría impedir mediante el desarrollo de fármacos que se adhieran al menos a una de ellas en el mismo punto que usan para relacionarse», concluyeron los expertos.