– Un 20,8% de las personas en situación de soledad no deseada tiene discapacidad, según un estudio del Observatorio de la Soledad no Deseada de Fundación ONCE
MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
La soledad no deseada afecta al 13,4% de la población española y genera un coste total que asciende a 14.141.088.527 euros anuales en España, lo que equivale al 1,17% del Producto Interior Bruto (PIB) de 2021. Estos costes incluyen los sanitarios directos e indirectos (6.101.440.763 euros, de los que 5.605,6 millones corresponden a servicios de atención primaria, especializada y hospitalización y 495,9, a medicamentos) y aquellos por pérdidas de productividad (8.039,6 millones de euros).
Esta es una de las conclusiones del estudio ‘El coste de la soledad no deseada en España’, realizado por el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) de Fundación ONCE en colaboración con Nextdoor a partir de los resultados de una encuesta específica sobre soledad a la que respondieron 4.004 personas mayores de 15 años en julio de 2022 y que fue presentado este lunes en un acto en el que participaron el presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda; la presidenta de SoledadES, Matilde Fernández; la directora del sur de Europa de Nextdoor, Marta Álvarez; la ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena; y los investigadores Berta Rivera y Bruno Casal, de la Universidad de La Coruña y responsables del trabajo junto a Eva Rodríguez-Míguez, de la Universidad de Vigo.
El estudio, el primero de estas características elaborado en España y cuyo objetivo era medir los costes que produce la soledad no deseada en la sociedad, estima en 848 las muertes prematuras asociadas a la soledad no deseada en España en el año analizado y que la soledad no deseada hace que cada año se pierdan en España más de un millón de años de vida disfrutando de plena salud, lo que representa alrededor del 2,8% de los años de vida de plena salud totales de la población española mayor de 15 años.
La población más joven es la que «más sola se siente», como lo demostraría el hecho de que esta situación es «más frecuente» entre los jóvenes de entre 16 y 24 años (21,9%), si bien en la franja de 65 a 74 años la percepción de aislamiento involuntario se sitúa en el 12,2%.
Además, casi un 20,8% de las personas en situación de soledad no deseada tiene algún tipo de discapacidad, principalmente de movilidad y de visión, y las mujeres «sufren más este problema que los hombres» (14,8% frente a 12,1%).
Las personas en soledad no deseada llevan «aproximadamente» seis años en esa situación y el 22,9% se sienten solas «durante todo el día» y, según el informe, el 50,3% piensa que su estado de salud es «regular, malo o muy malo», frente al 30% de las personas que no declararon sentirse solas.
A este respecto, según el documento, las personas en situación de soledad no deseada utilizan los servicios sanitarios con «mayor frecuencia» que el resto de la población, sobre todo las consultas a especialistas y las visitas a urgencias, y tienen una mayor estancia hospitalaria (entre 3 y 5 días más). Además, consumen más tranquilizantes y relajantes (33,1% frente al 12,9%) y antidepresivos y estimulantes (23,5% frente a 5,3%) y tienen una mayor prevalencia de enfermedades como depresión (39,3% frente a 6,9%), ansiedad crónica (37,8% frente a 7%) y diabetes (11,7% frente a 8,9%).
Por lo que respecta a las causas que provocan la soledad, el 79,1% están relacionadas con causas externas, como la falta de convivencia o apoyo familiar o social, que representan el 57,3%, seguidas de las laborales, con un 11,1%, motivos de aislamiento debido al entorno (8,6%) y a ejercer de cuidador/a de otras personas (2,1%).
En paralelo, las causas internas o intrínsecas a la persona representan el 19,1% del total y, de entre ellas, la más importante es la dificultad para relacionarse con los demás (12,7%) y la soledad derivada de un mal estado de salud (6,4%). Dentro del último grupo, el referido a la salud, un 1,4% de los encuestados identificó que su soledad está motivada por tener una discapacidad.
Tras la exposición de los principales resultados, Rivera agradeció al Observatorio la posibilidad de haber realizado este estudio, que, para los investigadores, supuso un «reto muy importante». «Es un primer paso importante, pero queda mucho por hacer», espetó, al tiempo que deseó que este estudio «sea el comienzo en la cuantificación, visibilidad y propuesta de soluciones» ante un «problema social» que, según sus cálculos, puede provocar a quien lo sufre una «probabilidad mayor de morir prematuramente que puede llegar a ser un 26% superior al del resto de población».
En la misma línea, Casal advirtió de que la soledad no deseada es «una de las epidemias silenciosas del siglo XXI», convencido de que Fundación ONCE y Nextdoor «han abierto una puerta muy importante hacia nuevos estudios de evaluación en este ámbito».
FUNDACIÓN ONCE
Durante su intervención en el acto, el presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda, defendió que la ONCE, que nació hace casi 85 años, surgió «para dar respuesta a las personas que pudieran necesitarlo». «Para sentarnos delante de ellos, como hicieron con nosotros algún día, mirarnos a los ojos, porque hay muchas formas de ver, igual que hay muchas personas que no ven más allá de sus narices, pero hay realidades que hay que atenderlas, darles respuesta y no fallarle nunca a las personas», abundó, al tiempo que señaló que el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada fue impulsado para «ayudar a paliar la soledad de las personas».
«Porque sabemos muy bien de esa situación, yo la aprendí en la calle hablando con mis clientes en la década de los 80», añadió, para explicar que, en este momento, «en cualquier pueblecito pequeño de España o grandes ciudades, ahora mismo habrá personas contándole a otras personas». «Posiblemente esas otras personas sean algunos componentes de nuestros 19.000 centinelas de la ilusión», dijo en referencia a los vendedores de la ONCE, a quienes definió como «escuchadores activos», que «escuchan, responden y tratan de que las personas tengan un ratito con quién hablar».
En este punto, advirtió, en línea con los resultados del informe, de que «vamos detectando cada vez más el problema de la soledad en personas muy jóvenes» y se hizo eco de la «preocupación tremenda» que ello supone para las familias cuyos hijos «se encierran en la habitación y se esconden tras el escudo de las redes sociales e Internet y se van aislando cada vez más».
Unos datos que, alertó, «tienen un paralelismo con el suicidio en España», por lo que consideró «urgente que vayamos haciendo cosas», consciente de que «mañana podemos ser, si no lo somos hoy, cualquiera de nosotros» los afectados, por lo que también llamó a utilizar esas mismas redes sociales para «tratar el tema de la soledad y combatirla, siempre y cuando esa tecnología sea accesible para todas las personas, sea fácil y sea usable».
En este sentido, la directora del observatorio, Matilde Fernández, urgió a las Administraciones Públicas a «incorporar en sus agendas de compromisos y prioridades» a la soledad y a «hacerlo preventiva, integral e intergeneracionalmente». «Cuidar es un deber democrático, no solo de las mujeres de cada familia», añadió.
Por su parte, la directora del sur de Europa de Nextdoor, Marta Álvarez, agradeció a la ONCE su «labor» y aseveró que la plataforma que dirige está «comprometida con la lucha contra la soledad no deseada a escala global», convencida de que es una «problemática que afecta cada vez a más personas».
En el acto también estuvo presente la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, quien reivindicó la importancia de «cuidar» para que la actual estructura social, basada en la democracia, «funcione y sea eficaz y eficiente», y recordó que el de Madrid bajo su mandato fue el primer ayuntamiento de España que «planteó la necesidad de enfocar la soledad no deseada» bajo la filosofía de que los seres humanos «no solo tengan que tener salud, sino proyectos y sueños».