-Según la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana, que confirma la «alarmantemente alta exposición» de la población a sustancias tóxicas

MADRID, 11 (SERVIMEDIA)

El 99% de los niños europeos tienen presencia en sus cuerpos de retardantes de llama «dañinos» para la salud y hay una exposición «generalizada» a ftalatos -unas sustancias tóxicas que pueden ser muy dañinas- en niños y adolescentes. Además, los jóvenes del continente tienen presencia en sus cuerpos de PFAS, compuestos perfluorados y polifluorados, conocidos como «tóxicos eternos», y en hasta el 92% de los europeos se han detectado bisfenoles «preocupantes» como el bisfenol A.

Estas son algunas de las conclusiones de la mayor investigación realizada hasta la fecha para la detección de contaminantes en el organismo de los europeos, la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana (HBM4EU), que ha revelado el «riesgo» para la salud que representa la «alarmantemente alta» exposición de la población, «en especial los niños», a «numerosas» sustancias tóxicas, según precisó este martes la iniciativa Hogar sin Tóxicos en un comunicado.

En la Iniciativa, en la que han estado trabajando durante más de cinco años la Comisión Europea, la Agencia Europea de Medio Ambiente e instituciones científicas de toda la UE, se analizó la presencia en sangre y/u orina de 18 de los grupos «más problemáticos» de químicos en una muestra representativa de la población compuesta por más de 13.000 personas de 28 países europeos.

Hogar sin Tóxicos subrayó que, hasta ahora, dicha iniciativa europea ha generado 168 artículos científicos sobre diferentes aspectos vinculados a la exposición a distintas sustancias o grupos de sustancias tóxicas «asociadas» a problemas de salud como cáncer, afecciones inmunológicas, respiratorias, endocrinas, reproductivas y cardiovasculares o, entre otros, a «efectos negativos» en el desarrollo neurológico y, a su juicio, «los datos son contundentes».

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En este punto, explicó que, según el European Enviromental Bureau (EEB), que agrupa a 180 organizaciones ambientales europeas, la exposición «generalizada» de la población europea a «tantas» sustancias tóxicas que muestran los resultados de la iniciativa, «con frecuencia a concentraciones que ponen en riesgo la salud», es una «prueba incuestionable de fracaso de la actual legislación europea de sustancias tóxicas», y, según Hogar sin Tóxicos, «en concreto, de la principal norma sobre el tema, el Reglamento Reach».

REFORMA URGENTE

«Por ello, el EEB pide su urgente reforma», apostilló, convencida de que «diferentes documentos incluidos dentro de la HBM4EU apuntan la necesidad de una «urgente acción política».

Sin embargo, según el director de la iniciativa Hogar sin Tóxicos, Carlos de Prada, que colabora con EEB en la difusión de la «problemática» en España, «a pesar de la evidencia de que la actual legislación de la UE sobre contaminantes químicos tiene enormes deficiencias a la hora de proteger la salud de los ciudadanos, en estos momentos Bruselas parece estar echándose atrás en su compromiso de prohibir en tiempo y forma las sustancias más peligrosas».

«En 2020 la Comisión Europea anunció su compromiso de prohibir las sustancias tóxicas presentes en productos de uso cotidiano, corrigiendo algunas graves deficiencias del Reglamento REACH», espetó la entidad, al tiempo que lamentó que, tal y como denuncia EEB, «las presiones de la industria química, singularmente la industria química alemana, han logrado que la Comisión Europea incumpla seriamente sus promesas formales».

En este sentido, Hogar sin Tóxicos subrayó que la propuesta de reforma, que debería haber sido presentada en 2022, se ha «retrasado» hasta el último trimestre de 2023, a la vez que, a su entender, «se van debilitando sus ambiciosos objetivos iniciales, por ejemplo, en cuanto al número de sustancias a regular».

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GRAVES DEFICIENCIAS

Según De Prada, entre las «graves deficiencias» de la actual normativa Reach que «debieran ser corregidas» está su «extraordinaria lentitud» que, según su criterio, «ha llevado a que la mayor parte de las decenas de miles de sustancias sintéticas que circulan por la UE estén sin regular adecuadamente».

Junto a ello, denunció que se «subestimen los riesgos reales» por «no evaluar factores clave» como el llamado «efecto cóctel», esto es, «no tener en cuenta algo tan evidente como que las personas se exponen siempre a complejas mezclas de sustancias en la vida real y no a sustancias aisladas». «Sin embargo, la regulación solo evalúa el riesgo de exponerse a una sustancia aislada cada vez», sentenció.

Otro «grave defecto» de la regulación europea que denuncia también el EEB es que se estén autorizando «infinidad» de sustancias basándose sobre todo en «discutibles» datos de toxicidad que aportan los propios fabricantes, que, a su entender, «con demasiada frecuencia remiten información deficiente a las autoridades». También, que se evalúe el riesgo de las sustancias «una a una», permitiendo la llamada «sustitución lamentable» por la que, según Hogar sin Tóxicos, cuando una sustancia se restringe o prohíbe «es sustituida por otra de su misma familia y menos estudiada, que finalmente acaba teniendo efectos nocivos similares».

A juicio del director de Hogar sin Tóxicos, esto es algo que debe corregirse «prohibiendo las sustancias no una a una, sino por grupos de sustancias que se sabe que pueden tener el mismo tipo de efectos».

Con todo, para Carlos de Prada, un «motivo de especial preocupación» es que «algunas de las sustancias analizadas en HBM4EU se han encontrado en mayor medida en los niños, que son más vulnerables».

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