MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que ha analizado un millar de sentencias dictadas en España entre 2015 y 2022 concluye que los juzgados españoles castigan menos las violaciones si las ha cometido la pareja o expareja.
El estudio, liderado por el catedrático de Derecho Penal de la UOC Josep María Tamarit, afirma que estas violaciones «suelen quedar más en la sombra» y que «se consideran menos serias».
En este sentido, recuerda que hace apenas cuatro años el Tribunal Supremo dictó una sentencia en la que aclaraba que no existe el ‘débito conyugal’. Es decir, que la mujer no está obligada a satisfacer las necesidades sexuales de su marido.
Para hacer el estudio, el equipo de investigadores seleccionó todos los casos de violación a mujeres adultas juzgados en las cortes provinciales entre el 2015 y el 2022 y analizó, entre otros, si había habido una sentencia condenatoria, qué pena de prisión se había interpuesto y la cantidad económica de la indemnización.
De los 964 casos de violación estudiados, un 37 % habían sido cometidos por la pareja o expareja; un 17,6 %, por alguien conocido; un 22,7 %, por un desconocido, y un 20,9 %, por otros familiares de la víctima.
El análisis revela que los magistrados decidieron condenar a un 62% de los acusados de violación que eran pareja o expareja de las víctimas, un porcentaje que asciende 17 puntos, hasta el 79 % de media, en el resto de casos. «Es una diferencia estadísticamente significativa», subrayó Tamarit.
En cuanto a la pena de prisión de las sentencias condenatorias, fue de 83,4 meses de media en los casos de relación íntima y de 95,1 meses en los demás contextos. Es decir, que de media la duración de la condena de prisión fue de un año menos para las parejas o exparejas.
Respecto a las indemnizaciones, las parejas o exparejas tuvieron que pagar de media cerca de 12.600 euros. El resto, casi 17.800 euros.
El profesor de la UOC incide tambén en el mito de la ‘violación real’: «El estereotipo es que una violación real es la que comete un extraño contra una chica joven y atractiva. Todo lo que se sale de este retrato robot puede tener más dificultades de ser reconocido, ya sea la violación de un hombre, una mujer mayor o una violación en el ámbito de la pareja». Para evaluar hasta qué punto este mito afecta a los magistrados, «se necesitarían estudios más cualitativos y entrevistarlos, lo que es muy complicado», añadió.