– La demanda sanitaria y las bajas están todavía muy por encima de los datos de 2019
MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
El Banco de España considera que si el incremento de la demanda de atención sanitaria y de las bajas laborales provocado por los efectos de la covid-19 se prolongan en el tiempo y son fruto de un deterioro persistente en la salud general de la población española podrían tener «un impacto significativo» en la economía a largo plazo.
Así lo concluye un artículo del Boletín Económico del Banco de España del primer trimestre de 2023, que analiza los efectos económicos de un posible deterioro duradero en la salud general de la población española tras la pandemia.
Dicho artículo evidencia que en el último año se ha observado un aumento de la demanda de servicios sanitarios, cuyas causas y grado de persistencia son todavía inciertos.
En concreto, apunta que las últimas olas del barómetro sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas muestran un incremento de la demanda de servicios sanitarios y que también se ha observado un aumento en los ocupados que pierden días de trabajo por enfermedad, incapacidad temporal o accidente si se compara con 2019, antes de la pandemia.
En cuanto a la demanda sanitaria, el porcentaje de la población que había acudido al médico de cabecera, al especialista o a urgencias en los doce últimos meses aumentó en 12,1 puntos porcentuales, 21,5 puntos y 14,8 puntos.
En relación con las bajas, los datos de la Encuesta de Población Activa revelan un aumento pronunciado y continuado desde 2020. En particular, en el promedio de 2022, un 4,1% de los ocupados declararon no haber trabajado en la semana anterior a ser entrevistados, ya fuera por enfermedad, incapacidad temporal o accidente, frente al 2,7% de 2019.
Por ello, el Banco de España no descarta este impacto a largo plazo aunque considera que existe una considerable incertidumbre en cuanto a las causas y al posible grado de persistencia de estos desarrollos, algunos de los cuales parecen estar en línea con las predicciones que estudian las secuelas del Covid-19 sobre una población ampliamente vacunada que resulta infectada.
Así, señala que en la medida en que estos efectos puedan resultar duraderos y estar asociados a un deterioro persistente en la salud general de la población española, podrían requerir un aumento estructural del gasto sanitario que aún es difícil de cuantificar y que afectaría al PIB.
Por otro lado, concluye que el mantenimiento en el tiempo de dichas dinámicas podría incidir sobre el PIB a medio y largo plazo a través de varios canales, todos ellos sujetos a una considerable incertidumbre.