Según un estudio reciente, más del 89% de los estudiantes considera que el sonido en el comedor escolar es demasiado alto. El volumen elevado para poder tener una conversación, el movimiento de sillas, el ruido de los platos y cubiertos. Todo suma para que sea un entorno en el que los jóvenes no se sienten cómodos.

Pero no solo eso, más del 85% considera el colegio un espacio con ruidos demasiado elevados, definidos por espacios como pasillos (83%), la entrada al centro (83%) o el gimnasio (79%).

«La audición de los niños no se desarrolla completamente hasta la adolescencia. Aunque a menudo no parecen verse afectados por niveles altos de ruido, esto no significa que la exposición a niveles elevados no influya en su audición y niveles de estrés» explican desde Ecophon, quienes llevan más de 40 años apostando por el acondicionamiento acústico en oficinas, entornos educativos, sanitarios y muchas otras áreas.

El ruido ya ha sido considerado causante de enfermedades profesionales. Hace poco, la justicia reconoció la hipoacusia como tal en el caso de una trabajadora de un comedor escolar. «A menudo superan los 80dB estipulados en el artículo 5 del RD 286/2006. Esto puede acabar acarreando pérdidas auditivas y sorderas parciales, algo mucho más grave de lo que puede parecer ya que se trata no solo de trabajadores sino de decenas de niños que están en pleno desarrollo auditivo» comentan.

¿Existen normas que regulan el acondicionamiento acústico y el confort dentro de comedores escolares?

En España, es la norma CTE DB-HR la que debería proteger del ruido, especifica cuáles son los parámetros objetivos y cómo verificarlos para el cumplimiento de las exigencias básicas.

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En ella se define la recomendación en los comedores, que debería ser de un Tiempo de Reverberación en frecuencias medias (500-2000 Hz): T m ≤0.9 s, lo que supondría la necesidad de diseñar un acondicionamiento acústico acorde con las necesidades en cada centro. Hecho que no está llevándose a cabo en la mayoría de los casos.

«Hay que ser conscientes de que el ruido en los comedores y aulas aboca al fracaso escolar. Según los estudios, seis de cada diez centros escolares tienen que mejorar su acústica y eso se hace invirtiendo en un acondicionamiento de los espacios para evitar la pérdida de atención y comprensión en el aula, la salud de los docentes y cuidadores y, sobre todo, fomentar un ambiente donde el aprendizaje no deje a nadie atrás» concluyen desde Ecophon.