Cada día son más las familias que deciden adoptar una mascota para que crezca con ellos a la vez que disfrutan de la mutua compañía.

Una de las opciones cada vez más elegidas es la adopción de un felino por todo lo que conlleva este animal. Su independencia, la capacidad de quedarse solo en el domicilio y también, por qué no decirlo, la tranquilidad de su ronroneo en el sofá son solo algunas de las razones que le han convertido en el rey de la casa.

Pero, por si hicieran falta, vamos a dar una serie de razones extra.

Según los últimos estudios publicados, convivir con un gato ayuda a controlar el estrés, confirmándose que, en la toma de tensión, los dueños de felino tienen una cifra más baja que el resto de mortales.

También es algo de conocimiento público que la convivencia de niños y adultos con un animal de compañía mejora su sistema inmune, creando una menor incidencia de absentismo laboral y escolar.

Una vez tomada la decisión, la recomendación pasa por la adopción. Actualmente hay posibilidad tanto de adoptar animales adultos como de esperar a una camada para hacerlo. Lo que está claro es que hay que hacerlo de forma legal.

Adoptar un animal es una decisión muy importante y debe hacerse con todas las de la ley, exigiendo no solo que quien adopte se comprometa, en el caso de gatos, a la revisión veterinaria, ponerle un microchip, las vacunas pertinentes y también la desparasitación, entre otros requisitos, sino firmando un documento que avala que se tratará al animal con todo tipo de cuidado y detalle” explican desde Cattery Purr, expertos en poner en adopción camadas de Kurilian Bobtail y Sagrados de Birmania, dos razas de gatos cada vez más valoradas.

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Los primeros cuentan con un carácter afable y juguetón que, en caso de poder disfrutar al aire libre en una finca, puede llegar a convertirse en un super cazador y pescador. Este tipo de gato no es resultado de ningún cruce, de hecho, es de los que se consideran naturales.

En el caso de los Sagrados de Birmania, con su pelo semilargo, sí se debe hablar de cruce entre dos especies de lo más bellas, el siamés y el persa, lo que da como resultado un gato elegante, bello y con una esperanza de vida de hasta 16 años.